Verde de vida

Las asombrosas historias de vida y la evidencia científica
demuestran que la marihuana es mucho más que una
hermosa hierba.

Por: Carolina Contreras

Llevamos casi un siglo oyendo mentiras y nada más que mentiras.

Pareciera que los medios de comunicación hubieran hecho el compromiso expreso de ocultar la verdad por encima de todo y que la industria farmacéutica hubiera logrado eliminar de la memoria de los hombres las inmensas bondades que se esconden en la naturaleza.

Cada 19 minutos muere en Estados Unidos una persona por usar drogas aprobadas por la FDA, las cuales se venden con receta médica o se compran libremente en la droguería.

Nunca nadie ha muerto por consumir productos derivados del cáñamo.

De hecho, cada vez se salvan más vidas gracias a la existencia de esta planta maravillosa.

No quiero hablar sobre los intereses y políticas que han alejado a las personas de los beneficios de plantas como el cáñamo, la coca o la adormidera, pero es importante resaltar que estos intereses no están fundamentados en el deseo de hacer el bien, ni están respaldados por evidencia científica.

Ocurre todo lo contrario.

La evidencia científica y empírica —que en este caso resulta fundamental dados los obstáculos que el gobierno federal de EE.UU. erige constantemente para bloquear la divulgación del conocimiento adquirido— ha demostrado los grandes beneficios que la marihuana y todos los productos derivados del cáñamo tienen en enfermedades como el cáncer, la epilepsia, la esclerosis múltiple, el síndrome de Tourette, la diabetes, la inflamación, las enfermedades auotinmunes, el glaucoma, etc.

Y es un largo etcétera.

Aunque es difícil creer que una planta pueda beneficiar a personas con trastornos aparentemente tan disímiles, los humanos tenemos un sistema endógeno de cannabinoides que actúa como un modulador del sistema nervioso, inmune y óseo, por lo que al suplir al cuerpo con los cannabinoides que se encuentran en el cáñamo el organismo puede volver a balancearse.

Asi se reducen los trastornos que generan las enfermedades. 

Además, el cáñamo es un agente neuroprotector, antiinflamatorio y antiviral, es inmunomodulador, antiespasmódico, antiemético y cardioprotector.

En síntesis, tiene más de 40 acciones farmacológicas asociadas.

Lo mejor es que estas propiedades las podemos aprovechar sin exponernos a peligrosos efectos secundarios, como lo demuestran la inexistencia de muertes atribuibles a su uso y más de 5 milenios de historia.

Sin embargo, los beneficios y bondades de esta planta extraordinaria han llegado a pocos.

Aunque su cultivo es sencillo y las semillas se consiguen libremente en los campos y bosques de nuestro país, ha sido tal el miedo con el que la propaganda ha impregnado a la población, que conozco varios casos de personas muy enfermas a las que ni siquiera se les puede hablar del tema.

Sé que cada quién enfrenta sus problemas como mejor sabe pero me parece muy importante que se conozcan los beneficios del cannabis. A mí me cambió la vida. A Charlotte, a Chaz, a Mosher y a Amber también.

Charlotte

Charlotte Figi convulsionó por primera vez cuando tenía 3 meses.

Esa fue la primera de muchas visitas a la sala de emergencia del hospital de Colorado. Convulsionaba de manera constante y cuando cumplió dos años le diagnosticaron el Síndrome Dravet, una forma grave e intratable de epilepsia.

Empezó a decaer mental y cognitivamente y a mostrar problemas de comportamiento; a veces parecía una niña poseída.

Durante los siguientes dos años los Figi lo intentaron todo: dietas extrañas, acupuntura y drogas muy tóxicas como el Valium y el Ativan, en dosis que casi la matan. Una vez dejó de respirar con la primera dosis y con la segunda se le paró el corazón.

Matt Figi, el padre de Charlotte, era un soldado al que habían enviado a Afganistan. Lejos, sólo podía ayudar investigando y así encontró el video de un niño que padecía el mismo síndrome de su hija al que habían tratado con cannabis, obteniendo muy buenos resultados.

Sin embargo, su formación militar y la propaganda constante sobre los efectos malignos del cannabis en la que había crecido Paige, su esposa y madre de Charlotte, impidieron que se arriesgaran a intentarlo.

Mientras tanto, la situación de su hija empeoró significativamente.

Con más de 300 ataques a la semana, la pequeña estaba catatónica y cada convulsión podía matarla. Los médicos sugerían darle un medicamento veterinario muy fuerte para perros epilépticos o inducirla a un coma, para que su cuerpo descansara.

Los Figi no sabían qué hacer. Finalmente, la llevaron al hospital y se despidieron de ella. Milagrosamente, Charlotte sobrevivió. En ese momento decidieron darle un chance a la marihuana.

No fue nada fácil. No había ningún protocolo a seguir.

Para acceder al cannabis medicinal se necesita contar con una autorización para hacerlo y Charlotte era la paciente más joven en solicitarla.

El miedo a lo desconocido hizo que muchos médicos les dijeran a los Figi que no. Paige consiguió un dispensario en el que tenían una cepa de la planta baja en THC, que nadie quería, y pagó 800 dólares por una bolsa.

Un amigo que iniciaba un negocio de venta de productos de marihuana médica la ayudó a extraer el “medicamento del cáñamo” y Paige se fue con el extracto para su casa. Puso una gota debajo de la lengua de Charlotte y esperó.

Ese día de marzo de 2012 no tuvo ninguna convulsión, pasó una noche tranquila y la calma se prolongó hasta el día siguiente.

El doctor Alan Shackelford, intrigado con el caso de Charlotte, decidió viajar a Israel a buscar evidencia sobre la efectividad de la marihuana contra la epilepsia. La doctora Julie Holland le explicó que al hacer pruebas con los diferentes cannabinoides, separando el THC del CBD, se comprobó que el CBD podía detener las convulsiones. Shackelford decidió ayudar a los Figi, al igual que la doctora Margaret Gedde.

Los hermanos Stanley también se animaron a hacerlo. Los Stanley llevan años cultivando plantas de cáñamo con fines médicos y han logrado producir plantas bajas en THC y altas en CBD.

Gracias al uso del cáñamo, Charlotte pasó de sufrir 300 convulsiones a la semana a menos de 4 al mes.

Más de 41 niños usan hoy la planta que los Stanley produjeron especialmente para Charlotte y en todos se han reducido las convulsiones.

La pequeña Figi cada día está mejor y luce muy saludable.

Chaz

Chaz Moore, de 19 años, tiene una extraña enfermedad llamada Trastorno mioclónico diafragmático. 

Le dan ataques y pequeñas convulsiones en el diafragma, que lo hacen hablar como si le estuvieran dando golpes en el estómago.

Cuando tiene un ataque, con sólo darle una calada a un porro, éste para en los primeros 5 minutos, muchas veces al instante de inspirar la primera bocanada.

Durante años tomó dosis elevadas de drogas como el Valium, la morfina o diferentes tipos de relajantes musculares; además de que ninguno funcionaba por mucho tiempo, sus efectos eran incapacitantes.

Finalmente descubrió que fumando marihuana detenía los ataques y podía llevar una vida productiva.

Dejó los medicamentos y está convencido de que el cannabis le salvó la vida.

Mosher

En una residencia para ancianos afuera de Tel Aviv hay varios residentes que fuman marihuana para tratar trastornos como el dolor, el Parkinson, la demencia y la falta de apetito, en el marco de un estudio patrocinado por el gobierno israelí.

Moshe Rout, uno de los residentes, tenía 77 años cuando fumó por primera vez.

Hoy a sus 80 años fuma un par de veces al día porque lo ayuda a mitigar el dolor y el temblor en las manos que le dejó una apoplejía.

Dice que la marihuana lo ayudó a superar los demonios que le impedían dormir en paz desde hace dos años, cuando murió su esposa.

En la residencia hay otros 19 usuarios de cannabis y los investigadores califican como espectaculares los resultados. Los pacientes han mejorado su movilidad, han ganado peso, tienen mayor vitalidad y se sienten mejor física y anímicamente.

En Israel se ha investigado con interés y profundidad el impacto que tiene el uso del cáñamo en diversas enfermedades. Los científicos israelíes no sólo han demostrado que la marihuana es efectiva contra la epilepsia, sino que protege el cerebro y ayuda a revertir las heridas y daños cerebrales (Link para ver el documental). 

Amber

Amber, una bebé de 2 años, fue diagnosticada con tumores cerebrales terminales.

Fue sometida a una cirugía de más de 24 horas, con la que le auguraban un 10% de probabilidades de supervivencia. Los padres aterrados accedieron, rezaron y esperaron. 

Tras la cirugía le hicieron radiación y quimioterapia, pero los tumores siguieron creciendo y multiplicándose. El cuerpo médico del Oakland Children’s Hospital le dijo a los papás que la llevaran a casa porque ellos no podían hacer nada más para mejorar su condición.

Arlene Casen, la coordinadora del hospicio, se encontró un mes después con los padres de Amber.

Le contaron que un reciente cat-scan mostraba que algunos tumores habían desaparecido y los otros estaban disminuyendo.

¿Cómo lo lograron? Decidieron hacer jugo de marihuana y darle un shot al día a la pequeña.

La madre sonríe y dice: “Es una planta maravillosa” (Link para ver el documental).

Hora de despertar

¿Es posible defender racionalmente la idea de que una planta debe ser ilegal?

¿Cualquier planta?

¿Y una como el cáñamo, con incontables beneficios medicinales y nutritivos?

¿Hay alguna razón para respaldar a los que se empeñan en mantener esta planta y sus derivados en la Lista 1 de sustancias superpeligrosas de la ONU, bajo el argumento de que carece de usos médicos o legítimos?

Que carezca de usos médicos es falso, falso, falso.

Ahora, ¿qué es un uso legítimo? ¿Legítimo a los ojos de quién?

Mientras uno no le haga daño a nadie, todos los usos son legítimos.

Otra cosa es que una planta que puede aliviar el dolor, balancear los organismos y crecer silvestre por el mundo implique una amenaza considerable para la industria farmacéutica, una industria cimentada en la creación de patentes sobre los químicos que descubre y crea; químicos que defraudan a los pacientes con enfermedades crónicas, enfermedades que muchas veces son consecuencia del uso indiscriminado e irresponsable de esos químicos en el cuerpo humano. Pero esa es otra historia.

Lo cierto es que el cannabis es una hierba excepcional, con un margen de seguridad increíblemente alto.

No hay ninguna razón para apoyar a los que quieren impedir que esta milagrosa medicina esté disponible para los que la quieran usar.

Tenemos que despertar como sociedad y entender que la guerra contra algunas plantas es una fachada que sirve para infundir miedo y cometer actos atroces en contra de la humanidad.

Tenemos que preguntarnos cómo llegamos a la barbarie de ver en la naturaleza algo criminal. Algunas sociedades lo han hecho y han actuado para modificar su realidad.

En Holanda, Portugal y Uruguay el cannabis es legal y en 21 estados de EE.UU se puede comprar legalmente marihuana con fines médicos. Este año hay 9 estados adicionales esperando a que se aprueben leyes sobre cannabis recreacional o médico. Según una encuesta de YouGov y el Huffington Post, el 70% de los norteamericanos apoya la legalización de la marihuana médica y el 51% la legalización completa. En los estados en los que es legal el cannabis recreacional, el 79% de la población está feliz con la legislación actual.

 ¿Y cómo no habrían de estarlo?

La industria de la marihuana recreacional ha creado más de 10.000 nuevos puestos de trabajo, empleos que ofrecen salarios por encima del mínimo nacional, logrando una tasa de desempleo del 6%, el menor nivel de desempleo que ha enfrentado Colorado desde que empezó la recesión y una de las tasas más bajas del país.

Sin contar las ventas por marihuana médica, en marzo, las ventas en Colorado de esta naciente y prometedora industria ascendieron a US$19 millones, de los cuales US$1.9 entraron a las arcas del Estado y serán destinados a inversión en educación. Por si fuera poco, el crimen ha disminuido notablemente: las tasas del crimen contra la propiedad han caído en 14.6% con respecto a 2013 y las del crimen violento en 2.4%. (En este artículo pueden ver la relación entre drogas y crimen).

Hay tantas razones para luchar por el libre mercado de drogas, que podría dedicar páginas y páginas a su defensa.

Por ahora, me parece importante que se conozcan las propiedades farmacológicas del cáñamo, la evidencia científica que la respalda y algunos casos reales en los que esta hermosa hierba ha hecho la diferencia.

Todos los días le doy gracias al cielo por su existencia porque para mi ha sido un gran regalo, una bendición y una promesa. Espero que para muchos otros también lo sea.

 

Carolina Contreras

Carolina es escritora e investigadora, economista e historiadora. Escribe colecciones de literatura para www.ellibrototal.com y tiene www.lapapeleta.com, un blog para espíritus independientes. Lapapeleta.com es su forma de borrar los límites y de ofrecerle a los demás sus ganas desaforadas de explorar, encontrar, saber y arder con la verdad.

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Documentales sobre los beneficios médicos de la marihuana:

Weed de Sanjay Gupta

Weed 2 de Sanjay Gupta

Run from the cure. La historia de Rick Simpson.

Kristen Peskuski

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